Cada 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Tierra. La fecha fue propuesta por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para crear conciencia sobre los problemas de la contaminación, la conservación de la biodiversidad y el calentamiento global.
Gobiernos, empresas y la sociedad civil promueven y adoptan permanentemente acciones para contribuir al cuidado del planeta. En esta fecha especial, y desde la perspectiva de la gestión del comercio local, surgen dos interrogantes: por un lado, ¿cómo pueden sumarse los pequeños comerciantes a esta iniciativa? Y, principalmente, ¿qué beneficios puede generar la adopción de políticas de sustentabilidad en su día a día?
En esta nota, todos los detalles.
Sustentabilidad empresarial: mucho más que un tema ambiental
La generación de conciencia por el cuidado del planeta no se restringe estrictamente al campo ecológico. Para las empresas, la adopción de políticas de sustentabilidad es una cuestión estratégica de desarrollo, que repercute directamente en la rentabilidad y en la reputación de la marca.
“Hoy estamos frente a un consumidor mucho más consciente de lo que generan cada una de sus decisiones de compra. Los comercios tienen que estar a la altura de esta situación y adaptarse con pequeñas acciones que muchas veces no implican grandes inversiones”, explica Micaela Tommasini, jefa de Responsabilidad Social y Desarrollo Sustentable de CAME.
“Algunas de las opciones más sencillas tienen que ver con la disminución del uso de plásticos, con incentivos de uso de bolsas propias y la separación en origen de los residuos. Además de motivar a nuestros clientes para que puedan tomar este tipo de acciones. Así se convierten en agentes multiplicadores desde los comercios”, detalló.
En ese sentido, Tommasini propuso “llevar adelante todas estas acciones de forma sistemática, lo que las convierte en una estrategia de negocios. Al mismo tiempo, hay que comunicarlas de manera adecuada frente a un consumidor informado”.
Ocho acciones para un comercio local sustentable
1. Eficiencia energética:
Utilizar artefactos energéticamente eficientes (con etiquetas A+++, A++ y A+), iluminación LED de bajo consumo y concientizar hacia adentro de la empresa sobre el uso de la energía, implementando hábitos como apagar equipos no utilizados y ajustar la climatización.
En un nivel superior de inversión, la implementación de fuentes de energía renovable permite reducir la dependencia de combustibles fósiles y disminuye las emisiones de carbono.
2. Embalaje sustentable:
Utilizar embalajes reciclados, reciclables o biodegradables. Reducir la cantidad de material de embalaje utilizado. Fomentar la devolución de envases para su reutilización o reciclaje.
3. Gestión de residuos y reciclaje:
Implementar un programa de separación de residuos para reciclaje (papel, cartón, vidrio, plástico, metales). Reutilizar materiales y envases siempre que sea posible. Reducir la generación de residuos en origen (ej. evitar el uso de envases desechables).
4. Compras sustentables:
Priorizar proveedores que tengan prácticas ambientales responsables. Elegir productos con certificaciones ambientales. Optar por productos duraderos y reparables en lugar de desechables.
5. Transporte sustentable:
Fomentar el uso del transporte público, bicicletas o vehículos eléctricos entre empleados y clientes. Optimizar las rutas de entrega para reducir el consumo de combustible. Considerar vehículos de reparto eléctricos o híbridos.
6. Ofrecer productos y servicios sustentables:
Desarrollar o comercializar productos ecológicos, orgánicos o de comercio justo.
7. Comunicar las acciones sustentables:
Informar a los clientes y a la comunidad sobre las iniciativas ambientales del comercio. Participar en campañas de concientización ambiental.
8. Colaborar con otros actores:
Unirse a iniciativas empresariales y gubernamentales de sustentabilidad. Colaborar con organizaciones ambientales y la comunidad local.
Principales beneficios comerciales
Implementar acciones de sustentabilidad no sólo genera beneficios para el medioambiente y la comunidad, sino también para los comercios que las llevan adelante. Algunos de estos aspectos son:
1. Reducción de costos operativos:
Al invertir en tecnologías más limpias y eficientes, el comercio local experimentará una reducción notable en los gastos de electricidad, agua y la compra de insumos, impactando positivamente en la rentabilidad.
2. Fortalecimiento de la reputación del negocio:
Adoptar prácticas sostenibles mejora la imagen y reputación de los comercios locales, atrayendo a más compradores y fortaleciendo lazos con proveedores y otras entidades.
3. Crecimiento a través de la sustentabilidad:
Adaptar el negocio a las demandas de los consumidores conscientes del medioambiente puede abrir puertas a nuevas oportunidades de mercado y aumentar la participación en el mercado local. Por ejemplo, implementar prácticas de reducción de residuos o vender productos de origen responsable puede atraer a un segmento de clientes en expansión. A su vez, los gobiernos ofrecen incentivos y beneficios fiscales para fomentar prácticas sostenibles, e incluso priorizan entre sus proveedores aquellas empresas que llevan adelante políticas de sustentabilidad.
Implementar algunas de estas acciones puede marcar una diferencia significativa en el impacto ambiental de un negocio y, además, puede mejorar la imagen de la empresa ante clientes cada vez más conscientes sobre la problemática del medioambiente. Cada uno desde su rol puede aportar al cambio que necesitamos todos.